"Te cuento un poco de mí sin contarte" I

Buenas tardes.
Pasen por favor, tomen asiento.
Bienvenidos a la sección "Te cuento un poco de mí sin contarte" de este bimestre.

Es lindo, ustedes saben, liberarse de las ataduras.
Levantarse una mañana con el frío glacial, tapado hasta las patas, tocarte los ojos y notar que no los tenés hinchados porque la noche anterior no lloraste como un marrano.
Caminar por la calle, chocarte con una persona a la cual no podías sacar de tu cabeza hacía un par de semanas nomás y percatarte que no te mueve de raíz como antes lo hacía.

Es lindo, ustedes saben, liberarse de las ataduras.
Hacer lo que uno desea, poder soltarse de todos los nudos, escaparse de esa prisión interna.
Obrar en torno a lo propio, respetando (o no, si no se quiere, pero tratando de no lastimar) a los otros.

Hoy, es un día en el que me di cuenta que soy libre al fin.
Libre al fin de esa persona.
Y libre en serio.
En serio, en serio.

Rondan por esta página, vestigios de mis intentos de liberación, las huellas de mis frustrados proyectos; pero el día de hoy saberme libre me provoca paz... me provoca felicidad.. otra visión de mi pequeño mundo.

Y aunque en parte no tener un "Norte" me pone dudosa, me cuesta entender por qué nadie me atre entre tanta gente que conozco, me hace querer desear a alguien; de todas maneras se siente bien estar para mí.

Señores, lo lamento, pero debo retirarme, creo que he dado una radiografía más profunda de lo que deseaba. Temo que sea tarde, pero aquí tampoco hay cuerdas que aten mis palabras.

He de marchar.

Mis más atentos saludos, repletos de estima.