29.9.21

44

qué ganas que tenía 

de agarrarte la mano esa tarde

tirados durmiendo la siesta

fingiendo la entrega

las sábanas me susurraban en el oído

dos veces dormí así de tiesa, estatua 

la piedra el deseo 

el cincel desbastando lo indecente 

que mis dedos rozaran la piel de tu mano

una curiosidad que retuve en la red


hacerte un mimo quería

pedirte tu tiempo

hacer que tus ojos sostuvieran mis manos

que tus manos me arrancaran besos

que tus besos me hicieran escribir poemas

en los que los árboles se sacuden

el aire se prende fuego 

las flores de los jacarandás de la nueve de julio caen en el pavimento 

tus labios me estremecen

las piernas se aflojan contra todo pronóstico

no es una novela esto 

pero esta parte llega

como probar las frutillas en septiembre

esas que esperé todo el año 

un dulce que me hace cerrar los ojos

un ácido que me hace agua la concha


quería hacerte mimos

pero me robé todos

vos creíste que me habías dejado en bolas

pero la verdad es que las joyas las tengo bien guardadas


gracias por el tesoro


28.8.21

En mi corazón

 

Más de una vez soñé que te morías. Nos reuníamos todos en tu velatorio, una habitación sin paredes, fondo de color papel A4 que enceguecía. En el medio, una caja alargada de madera que brillaba como si le hubieran pasado un gloss para labios color caoba. Dentro de la caja, asomaba tela de seda que me hacía pensar en patos, gansos, plumas. No llegaba a ver más que la parte de los pies, que estaba cubierta por esa tela. Sobre el resto del cajón se congregaban los amigos y amigas a llorar, todos como hormigas volviendo al nido, algunas soportando el peso de otras que desfallecían frente a la visión de tu cuerpo que ya no dormía, ya no respiraba. Una bolsa con comida para alguien que no tiene hambre. Un peluche sin la magia que tenía cuando éramos niños y lo llevábamos de la mano de aquí para allá.

Cuando me despertaba quería darle sentido al sueño. Pensaba que era la única excusa, la única forma en la cual nos podíamos volver a ver todos de nuevo: si uno de nosotros se moría. Si vos, si vos te morías. El único capaz de llamarnos de ese modo. Cada uno tenía sus falencias, sus lugares llenos de mierda, recovecos de lámparas sin luz, sus pifies. Vos no. Al menos no con nosotros. Para nosotros sólo eras abrazo, la sombra en el calor del verano, la palabra que masajeaba espaldas, la mano que aflojaba tensiones, la alegría de la nieve que empieza a caer, la confianza de quien trabaja la tierra con dedicación.

Cuando te moriste de verdad no fue como en los sueños que había tenido. Caminé por la sala velatoria como si hubiera estado leyendo un libro en otro idioma, algo que no entendía por más que reconociera los caracteres. Vos no te podías haber muerto, de la misma manera en la que no había palabra en los trazos de las letras que se desdibujaban en mi campo de visión.

Había pasado años viéndote sin verte. Haciendo carteleras para el trabajo, armando resúmenes para alguna materia de la facultad, cocinando tarta de jamón y queso, bajando al papel algún recuerdo, recibiendo gritos, atestiguando peleas familiares, hablando con otras personas, aferrada a un libro, mirando carteles en el subte, riendo en un bar, caminando por alguna cuadra del centro, tu nombre caminaba toda la ciudad, recorría avenidas de pavimento, ubicaba pasajes con calles de adoquines, encontraba la forma de venir a mí. El campo magnético no se quebraba con ninguna distancia, mi cuerpo vibraba cada tanto, me decía que quería volver a tu lado, a tu sonrisa sin ruido, a tus ojos que preguntaban “¿qué le pasa mi niña?”.

No volví. Quizás por eso el velatorio parecía en otro idioma. O más bien, como si yo fuera una pieza de otro rompecabezas. Todos los demás encastraban con otras piezas y formaban el paisaje: las compañeras de la facultad de psicología, las amistades del grupo que sí se habían quedado a tu lado, los conocidos del trabajo, tus familiares. ¿Qué hacía ahí si ya no conocía a mi muerto? Me acerqué al cajón y me dolieron los rulos acomodados en tu frente, esos rulos que no había podido conocer en vida, que sólo había visto en fotos de redes sociales.

Me acerqué a los que pude, a los que me animé, y les pedí que me contaran de vos. No me alcanzó el abrigo para el fresco en la piel que tuve esa noche, las ganas de fumar me hicieron temblar las manos, escuché, escuché, escuché. No me sentí con permiso para llorar ahí, entre todos los que sí salían a cenar con vos, entre los que festejaban cumpleaños juntos, entre los que habían compartido días con el hombre que no conocí.

Me siento en cierta medida egoísta cuando lo hago. Cuando el pecho aprieta, la garganta queda atrapada en un cascanueces, cuando la cara se estruja como un trapo y deja caer estas gotas que para mí tienen mugre. Usé el negro del luto un mes, lo transformé en una cinta en la muñeca que me acompañó más de un año, en el que de a poco los colores encontraron su lugar en mi placard. Vos te moriste y yo me reinicié, se me acabó el juego y le dí replay para hacer otros caminos en el mapa.

Un recuerdo es lo que extraño. Desde antes de que te murieras. Tuve una marcha de bronca conmigo por eso. De vez en cuando vuelve el látigo, pero la culpa ya hizo huelga. Te extraño, aunque te haya vuelto un extraño. ¿Está mal, Enzo? Uso tu imagen, imagino tu voz, cuelgo la ropa, lavo los platos, tomo un té y te hago preguntas porque es más fácil imaginar que vos tendrías las respuestas, que podrías guiarme con amor, como solías hacer.

Tomé un tequila en tu honor hoy. Qué lástima que no haya sido un chinchin en un bar, amigo.

Felices cuarenta.

19.6.21

¿Sabés qué pasa?

 Pasa que los hilos se vuelven traslúcidos y mis ojos de mar revuelto ya no los ven, la tanza no levanta ningún pescado, estoy sentada en la silla plegable de franjas blancas y amarillas, sobre la arena, los pies estirados y las sábanas de espuma se mueven en la noche. La caña como una bandera, clavada en el fondo húmedo que con fuerza hice para ella, ondea los colores de un país al que no pertenezco más. Pasan las horas, los peces no prenden como antaño, de a poco te pierdo.  

24.5.21

Un cuadro

Luz o no luz. Binario.

Lo que percibimos, lo que imaginamos. Lo que vemos, lo que desconocemos.

Vos me maltratás, pero es adentro, es a oscuras, es lo que nadie alcanza a vislumbrar. Quizás alguien astuto lo sospeche, alguien que preste real atención cuando nos mira. Alguien que se detenga en lo que transmiten mis ojos, el trazo de mi sonrisa, la forma en la que hablo, los colores de mis prendas, la manera en la que me muevo en el espacio que compartimos.

Yo soy la luz de tus ojos, eso dirán en todas las reuniones sociales. Las chicas comentarán lo afectuoso que sos conmigo, los amigos remarcarán lo bien que nos vemos juntos; ambos coincidirán en la suerte que tengo de que estés a mi lado. Te esmerás pintando este cuadro en detalle. Tanto te esmerás que nadie se pregunta de qué está hecha la pintura, qué tan tenso está el lienzo que alberga tu arte, cuál es la madera del bastidor que sostiene lo que estás haciendo.

Cuando la proyección pasa por realidad, la sombra le gana a lo sólido.


2.3.21

Improcedente, falaz, malicioso

Vibra todo adentro, tiembla despacito pero constante, la panza, las piernas, los brazos. Cruza un espasmo un poco más violento cada tanto, un sacudón que nace en los hombros y me agita con fuerza cuando me pongo a pensar, como si mi propio cuerpo me dijera no, por ahí no vayas, ese no es el camino. 
Improcedente, falaz, malicioso
La boca hace un puchero, los labios se cortan solos, hacen lo que les pinta bien de adentro y se vuelcan hacia afuera, trémulos diría un poeta. Los ojos se suman achinados a esa reunión de consorcio de la que no participo, mientras la humedad empieza a llenar la pileta donde mi campo de visión se tira de cabeza.
Improcedente, falaz, malicioso
Me mancho. Estoy en el medio de un charco de tinta oscura y la tela de la ropa se empieza a teñir, lo absorbe todo. Quizás el temblor vuelve todo más rápido. Mientras el líquido se desplaza a velocidad por la tela, se me empieza a cerrar la garganta. Como si alguien estuviera forzando mi cara en el charco, no logro soltarme de esa presión, el aire entra de a pedacitos robados. Pienso en la cantidad de tela, la trama y la urdimbre, el poder de la capilaridad, de que algo te alcance aunque no quieras. Estoy lejos de esa mancha. Estoy encima de esa mancha. ¿Por qué tengo las manos salpicadas? ¿Por qué vomito este negro espeso?
Improcedente, falaz, malicioso
Ya no soy pura. Ya no soy inocente. Tampoco lo era al principio. Sería mentira decir que "me rompieron" por un lado porque no fue del todo así, por el otro, porque no puedo adjudicar "culpa" a otra parte. - O quizás porque me quiero defender, porque si digo que me quebré por el afuera, es regalarles un poder que no quiero darles. Antes de que me lastimen otros, prefiero decir que fui yo, prefiero sentir que soy yo, la incapaz, la que no estaba en condiciones. 
¿Estas son las excusas para quedarme con mi marido golpeador?
No es tan malo. Otras pueden quedarse, seguir, manejarlo mejor. Soy yo que no le agarro bien la mano, que a veces me suelto, que quiero correr, que siento la opresión, que siento que me lastima. Él simplemente es. Me da dinero, me da comida, me da techo. Me sostiene en el mundo consumista. Puedo porque existe. ¿Cómo pude hacerle esto?
Improcedente, falaz, malicioso
Eso es negarme también. La ausencia de deseo, la destrucción de todo aquello que se podría llamar ganas. Golpearme antes de decir algo. Golpearme por decir algo, por pensar algo. Quedarme dura, trabada, pero responder a todo siempre con una sonrisa, amable, de la mejor manera posible. Llegar a casa, meterme en la cama y querer morir. No matarme, morir. Cerrar los ojos y pensar fuerte, ojalá que me de un paro. ¿Podrás dejar de funcionar en unas horas corazón? Porfavorporfavorporfavor. Sentirme culpable por eso, por no querer intentar más, y los afectos y la gente de alrededor. 
Improcedente, falaz, malicioso
Cuando me decís eso me hacés daño. Estás queriendo tratarme de loca. De que nada de todo eso pasó, que no corresponde porque no es adecuado a la realidad, por extensión que no es cierto, y por decante, que es ficticio. 
Cuando me decís eso me hacés daño. Estás queriendo tratarme de estúpida. De pasar por encima de mi inteligencia, de crearme una imagen falluta, como si pudiera sostener una mentira, como si no fuera sincera. 
Cuando me decís eso me hacés daño. Estás dándome el rol de vil. La bajeza es tuya. Te pusiste los harapos más terribles y vestido de ruin me invitás a sumarme a tu podio. Ese lugar no es mío. Esa descripción no me corresponde. No voy a aceptar un papel para que puedas poner la obra en marcha y publicitarla en cartelera a quien quiera quemarse los oídos con tus palabras sucias. 
Improcedente, falaz, malicioso...
Sos vos.

11.1.21

Stop!

We're gonna be
we're gonna be
Together again


Aun cuando estés lejos, aun cuando dejásemos de vernos, se que estarás ahí como yo para ti, por que ya formas parte de mi corazón, eres alguien muy importante para mi, a quien doy gracias, y aun doy mas gracias a quien sea que movió los hilos del destino y logro que te conociera, que pudiera hablarte, que pudiera compartir estos meses de tu vida ^_^

esto será una pequeña forma de decirte lo que siento y como me siento el día de hoy, y como hubiera querido quedarme abrazado a vos mucho mas, tus abrazos curan mi alma, curan mi corazón, sos quien en estos meses me enseño a fuerza de ejemplos que no importa la edad que tengan las personas, sino que importan quienes son simplemente, estuviste, me escuchaste aun cuando deberías estar haciendo otras cosas, con solo verte puedo sentirme feliz, por eso no me cansare de decirte gracias, sos una persona muy especial para mi.

Reconozco que hace tiempo que no hablamos y que también este un poco perdido en las cosas que te pasan, y ya buscare la forma de remediarlo,

Te quiero Denu...
Espero poder encontrar en algún momento las palabras para decírtelo mejor... ^_^

Preguntabas que era la felicidad... creo que para mi el haberte conocido, y que ayer estuvieras conmigo acá realmente es un ejemplo de ello....


Vas y venís, porque nunca te fuiste. 
Sos parte de mí.