Un bloqueo. Un bloqueo mental.
Agua. Agua por doquier.
Se inunda, desborda, rebalsa, se ahoga.
Pero se queda quieto en su lugar. En la posición que decidió tomar.
Sin protegerse en lo absoluto, sostiene con esfuerzo la puerta y la ventana.
Hace lo que puede para que se queden firmes donde están. Para que no se dañen.
Sin embargo la humedad hincha la puerta, y la fuerza del agua comienza a resquebrajar los cristales de la ventana.
No importa cuánto esmero ponga, no puede sostener todo.
El agua avanza. Siente que lo cubre por completo.
En simultáneo, el dolor intenso en el pecho: opresión y vacío.
Un desgarro que quema.
Pero no va a soltar. No va a soltar.
No baja la mirada ni por un segundo. Recibe todo.
Como un recipiente. Se llena del agua que le rodea.
Trata de contenerla, de aliviar el dolor.
Va a resistir todo lo que pueda en su afán de ...
(¿Y adentro? ¿Adentro de él qué queda? ¿Adentro de él qué pasa?)
Cansancio general.
Cuerpo. Alma.
Un poco más.
Un poco más.
Que no se note su agonía.
El agua va a bajar.
La sensación de asfixia se va a ir.
Reparará la madera de la puerta.
Pondrá nuevos vidrios a la ventana.
Va a vivir.
"No te olvides de respirar".
~ ...más que ninguna otra cosa, ella me daba la mano y eso era amor ~
29.5.17
28.5.17
Glass
~
You seem to touch things
Turn them into gold
If I'd try the same thing
They'd turn into stone
You're so resilient
You don't break at the seams
And I'm so brazilian
Always on extremes
And I seem to break
like glass
I break
just like that
You stir opinion
By raising just a brow
But I'm argentinian
And I'd like to know how
How without effort
Things seem to go your way
While it's such a struggle
And I just seem to break
Yeah, I seem to break
like glass
I break
just like that
I seem to break
like glass
I break
like glass
Just like that
You seem to reach things
Going by the book
If I tried the same thing
I'd leap before I look
And I seem to
And I seem to break
And I seem to
I seem to break
And I seem to
break
Yeah, I seem to break like glass
Break,
like glass
I break..
just like..
I break,
just like that.
~
27.5.17
21.5.17
Terapia de soledad (7 años después)
"Querido mío: Aquí estoy, en mi isla, que no es exactamente eso, ya que no está rodeada de mar sino de vegetación, de árboles, de campo propiamente dicho. Pero es una isla en un sentido espiritual. Aunque tampoco es eso, ya que estoy rodeada de lejanas presencias y cercanas ausencias, del recuerdo de otros y de las corrientes de mi propia memoria. ¿Te parezco complicada? Puede ser. Bien sabes que de un tiempo a esta parte sentía la necesidad de aislarme, de reencontrarme con mi soledad perdida (¡Marcel Proust viejo y peludo!). Por suerte lo entendiste y te confieso que esa comprensión aumentó mi amor (y también mi respeto) hacia vos. Estoy convencida de que el respeto por la soledad del ser amado es una de las menos frecuentes pero más entrañables formas del amor, ¿no te parece?
Creo que los diez años de bienllevado matrimonio precisaban de esta afirmación de nuestras dos identidades. Es un regalo del destino que seamos tan distintos, algo que nos habilita a descubrirnos casi a diario, a que cada uno celebre en su fuero interno el hallazgo del otro. Esto de "fuero interno" siempre me ha parecido una contradicción gastada, inadecuada e inútil. "Fuero" es tan parecido a "fuera" (ya sé que vienen de etimologías distintas) e "interno" tan cercano a "intimidad". Esa expresión, "fuero interno", ¿habrá querido expresar en sus orígenes una intimidad hecha pública, volcada hacia fuera, o sea lo contrario de lo que hoy significa?
Pero retomo el hilo de mi sabia reflexión. Seré caótica pero no tarada. Una pregunta indiscreta: ¿cómo te sientes sin mi? ¿Rodeado, como es habitual, de trabajo, de amigos leales y desleales, y también de mujeres guapas y guapísimas? Dada esa circunstancia, tendría buenos motivos para mis celos. Pero para mi condena, no soy celosa. Ah, no te ilusiones, puedo serlo.
Tú en cambio no tienes ninguna razón para los celos, ya que aquí no estoy rodeada de hombres guapos, sino de pinos, eucaliptus, ranas canoras, amaneceres y crepúsculos, y, en ocasiones, de un silencio nocturno tan compacto que a veces me despierta y hasta me desvela, tan habituados estamos al ruído enloquecedor, cercano o lejano, de las ciudades. Sólo en algunos insomnios me acompañan los grillos, cuya monotonía coral me lo confirma como precursores del canto gregoriano. ¿No estarás celoso de los grillos, verdad? Te aclaro que su pequeñez los hace invisibles, así que ni siquiera sé si son guapos (como grillos, claro). Supongo que también entre ellos habrá cánones de belleza; que habrá grillos equivalentes a Robert Redford y otros feos como Peter Lorre.
Lo cierto es que, dormida o despierta, he estado haciendo balance de mi misma. No te voy a contar, por ahora, cuál es el saldo. Para hacerlo, tengo que decírtelo en la cama, desnudo tú y desnuda yo, después de fornicar como Dios manda, mirándote a los ojos para que esos ojos tuyos me vayan comunicando tu respuesta o al menos tu comentario. Todavía creo (te lo dije hace mucho, cuando ya vivíamos juntos pero no habíamos cometido el pecado venial de casarnos) que nuestro mejor diálogo ha sido el de las miradas. Las palabras, consciente o inconscientemente, a menudo mienten, pero los ojos nunca dejan de ser veraces. Si alguna vez he pretendido mentir a alguien con la mirada, los párpados se me caen, bajan espontáneamente su cortina protectora, y ahí se quedan hasta que yo y mis ojos recuperamos la obligación de la verdad. Con las palabras todo es más complejo, pero aún así, si las palabras tratan de engañar, los ojos suelen desmentir a la boca.
Retomando de nuevo el hilo conductor, te diré que la soledad es como un tónico y también una cura de modestia. Un tónico porque, con tanto tiempo y espacio para reflexionar, una va detectando de que sirve y qué no sirve en los recovecos del alma propia. Y cura de modestia, porque a la estricta soledad no tienen cabida lo halagos fallutos, ni los mimos a la vanidad, ni siquiera (no es mi caso) el perdón de los confesionarios.
Mi soledad está además poblada de pájaros. Siempre he sido una analfabeta en cuanto a ornitología, de modo que jamás pude ni podré diferenciar el canto de una calandria del de un zorzal, el monólogo de un mirlo del de un jilguero, y en este tramo de mi vida no pienso especializarme en ciencia pajarera, de modo que he decidido ponerles nombres. Verbigracia: a uno de esos cantautores alados lo llamo Fabricio; a otro, Segismundo; a otro, Venancio; a otro más, Rigoberto. Lo cierto es que cuando los llamo por los nombres de mi particular nomenclatura, ellos me responden con una parrafada de trinos.
... Querido: retomo esta carta una semana después de la parrafada de trinos. Ya llevo más de un mes en mi isla verde. Se me ocurre que ya he reflexionado lo suficiente y además he empezado a extrañarte de forma casi enfermiza.
Así como antes sentí la imperiosa necesidad de un aislamiento, ahora tengo una añoranza terrible de tus manos, de tu boca, de tu abrazo, de tu cuerpo en fin. Confío, compañero, que con estos conmovedores llamados no se le vaya a llenar el tafanario (aclaro que este sinónimo de culo lo aprendí ayer) de papelitos, eh.
Llegaré el lunes. Te aviso con tiempo suficiente como para que desalojes de nuestra confortable cama doble a cualquier intrusa y su cuerpo del delito. Te lo digo de broma, claro. O no. Te lo digo en serio. A desalojar, a desalojar, con música de Viglietti. Te anticipo que esta temporada de soledad me ha vuelto muy apetitosa. Besos y besos, de tu Natalia."
Mario Benedetti
-------------------------------
El 23 de mayo del 2010, con otras motivaciones, subí este texto al blog.
Casi siete años después, lo encuentro y sigo contando con su eficacia.
No es sólo perdonar. Es reencontrarse. Es aceptarse. Es saber qué cosas quiero y qué cosas no. Es definir nuevos parámetros, nuevas líneas o curvas o caminos sinuosos... qué sé yo.
Me gusta creer que soy una persona empática. Realmente hago el ejercicio de ponerme en el lugar del otro y tratar de ver desde su posición. Pero entender los sufrimientos de todos no implica que yo no tenga ninguno.
Para algunas cosas me volví fuerte, pero eso no evita que me caiga y me lastime.
No me escuda del dolor.
No creas que ya pasó. Que yo sonría, que compartamos cosas, que la pasemos bien..
Es solamente porque puedo separar las caras. Puedo separar las cosas.
Porque adentro no sonrío todavía.
Dame tiempo.
Dame espacio.
Es absurdo que los tenga que pedir. Que tenga que aclarar su necesidad.
¡Quiero mi tiempo! ¡Quiero mi espacio!
Pero por sobre todas las cosas... quiero que me entiendas. Quiero que me creas. Quiero que confíes. Quiero que me sostengas. Quiero que seas más grande que yo. Quiero que seas más firme.
Estoy cansada de ser grande. Estoy cansada de entender. Estoy cansada de ser firme. Estoy cansada.
Creo que los diez años de bienllevado matrimonio precisaban de esta afirmación de nuestras dos identidades. Es un regalo del destino que seamos tan distintos, algo que nos habilita a descubrirnos casi a diario, a que cada uno celebre en su fuero interno el hallazgo del otro. Esto de "fuero interno" siempre me ha parecido una contradicción gastada, inadecuada e inútil. "Fuero" es tan parecido a "fuera" (ya sé que vienen de etimologías distintas) e "interno" tan cercano a "intimidad". Esa expresión, "fuero interno", ¿habrá querido expresar en sus orígenes una intimidad hecha pública, volcada hacia fuera, o sea lo contrario de lo que hoy significa?
Pero retomo el hilo de mi sabia reflexión. Seré caótica pero no tarada. Una pregunta indiscreta: ¿cómo te sientes sin mi? ¿Rodeado, como es habitual, de trabajo, de amigos leales y desleales, y también de mujeres guapas y guapísimas? Dada esa circunstancia, tendría buenos motivos para mis celos. Pero para mi condena, no soy celosa. Ah, no te ilusiones, puedo serlo.
Tú en cambio no tienes ninguna razón para los celos, ya que aquí no estoy rodeada de hombres guapos, sino de pinos, eucaliptus, ranas canoras, amaneceres y crepúsculos, y, en ocasiones, de un silencio nocturno tan compacto que a veces me despierta y hasta me desvela, tan habituados estamos al ruído enloquecedor, cercano o lejano, de las ciudades. Sólo en algunos insomnios me acompañan los grillos, cuya monotonía coral me lo confirma como precursores del canto gregoriano. ¿No estarás celoso de los grillos, verdad? Te aclaro que su pequeñez los hace invisibles, así que ni siquiera sé si son guapos (como grillos, claro). Supongo que también entre ellos habrá cánones de belleza; que habrá grillos equivalentes a Robert Redford y otros feos como Peter Lorre.
Lo cierto es que, dormida o despierta, he estado haciendo balance de mi misma. No te voy a contar, por ahora, cuál es el saldo. Para hacerlo, tengo que decírtelo en la cama, desnudo tú y desnuda yo, después de fornicar como Dios manda, mirándote a los ojos para que esos ojos tuyos me vayan comunicando tu respuesta o al menos tu comentario. Todavía creo (te lo dije hace mucho, cuando ya vivíamos juntos pero no habíamos cometido el pecado venial de casarnos) que nuestro mejor diálogo ha sido el de las miradas. Las palabras, consciente o inconscientemente, a menudo mienten, pero los ojos nunca dejan de ser veraces. Si alguna vez he pretendido mentir a alguien con la mirada, los párpados se me caen, bajan espontáneamente su cortina protectora, y ahí se quedan hasta que yo y mis ojos recuperamos la obligación de la verdad. Con las palabras todo es más complejo, pero aún así, si las palabras tratan de engañar, los ojos suelen desmentir a la boca.
Retomando de nuevo el hilo conductor, te diré que la soledad es como un tónico y también una cura de modestia. Un tónico porque, con tanto tiempo y espacio para reflexionar, una va detectando de que sirve y qué no sirve en los recovecos del alma propia. Y cura de modestia, porque a la estricta soledad no tienen cabida lo halagos fallutos, ni los mimos a la vanidad, ni siquiera (no es mi caso) el perdón de los confesionarios.
Mi soledad está además poblada de pájaros. Siempre he sido una analfabeta en cuanto a ornitología, de modo que jamás pude ni podré diferenciar el canto de una calandria del de un zorzal, el monólogo de un mirlo del de un jilguero, y en este tramo de mi vida no pienso especializarme en ciencia pajarera, de modo que he decidido ponerles nombres. Verbigracia: a uno de esos cantautores alados lo llamo Fabricio; a otro, Segismundo; a otro, Venancio; a otro más, Rigoberto. Lo cierto es que cuando los llamo por los nombres de mi particular nomenclatura, ellos me responden con una parrafada de trinos.
... Querido: retomo esta carta una semana después de la parrafada de trinos. Ya llevo más de un mes en mi isla verde. Se me ocurre que ya he reflexionado lo suficiente y además he empezado a extrañarte de forma casi enfermiza.
Así como antes sentí la imperiosa necesidad de un aislamiento, ahora tengo una añoranza terrible de tus manos, de tu boca, de tu abrazo, de tu cuerpo en fin. Confío, compañero, que con estos conmovedores llamados no se le vaya a llenar el tafanario (aclaro que este sinónimo de culo lo aprendí ayer) de papelitos, eh.
Llegaré el lunes. Te aviso con tiempo suficiente como para que desalojes de nuestra confortable cama doble a cualquier intrusa y su cuerpo del delito. Te lo digo de broma, claro. O no. Te lo digo en serio. A desalojar, a desalojar, con música de Viglietti. Te anticipo que esta temporada de soledad me ha vuelto muy apetitosa. Besos y besos, de tu Natalia."
Mario Benedetti
-------------------------------
El 23 de mayo del 2010, con otras motivaciones, subí este texto al blog.
Casi siete años después, lo encuentro y sigo contando con su eficacia.
No es sólo perdonar. Es reencontrarse. Es aceptarse. Es saber qué cosas quiero y qué cosas no. Es definir nuevos parámetros, nuevas líneas o curvas o caminos sinuosos... qué sé yo.
Me gusta creer que soy una persona empática. Realmente hago el ejercicio de ponerme en el lugar del otro y tratar de ver desde su posición. Pero entender los sufrimientos de todos no implica que yo no tenga ninguno.
Para algunas cosas me volví fuerte, pero eso no evita que me caiga y me lastime.
No me escuda del dolor.
No creas que ya pasó. Que yo sonría, que compartamos cosas, que la pasemos bien..
Es solamente porque puedo separar las caras. Puedo separar las cosas.
Porque adentro no sonrío todavía.
Dame tiempo.
Dame espacio.
Es absurdo que los tenga que pedir. Que tenga que aclarar su necesidad.
¡Quiero mi tiempo! ¡Quiero mi espacio!
Pero por sobre todas las cosas... quiero que me entiendas. Quiero que me creas. Quiero que confíes. Quiero que me sostengas. Quiero que seas más grande que yo. Quiero que seas más firme.
Estoy cansada de ser grande. Estoy cansada de entender. Estoy cansada de ser firme. Estoy cansada.
20.5.17
Traición
Tan grande es el miedo que yo siento cuando te vas
Temo que no vuelvas más pero siempre regresás
Muchas dudas que no me dejan en paz
Adoro estar junto a ti, pero a veces me cansás
Brotan mil preguntas con respecto a nosotros dos
Odio hacer balance de si estamos mejor o no
Cada cosa nueva no es nueva, ya se probó
Todo se volvió lineal y así no lo quiero yo
Eso siento y no sé si decírtelo
Conozco lo mal, conozco lo vil
Conozco lo horrible que te hice sentir
Me apena que esté saliendo al revés
Pero sin embargo me quedo
Podrías decir con toda razón que fue demasiado el tiempo que
yo
Tardé para hablarte, que te traicioné
Quiero que me mires y que me digas la verdad
¿Hace cuánto tiempo ya que lo hacemos todo igual?
En un punto yo siento que te engañé
Pero creo, corazón, que no me arrepentiré
Para eso hubiera sido mejor
Ser un poco prudente con nuestro amor
Conozco lo mal, conozco lo vil
Conozco lo horrible que te hice sentir
Me apena que esté saliendo al revés
Pero sin embargo me quedo
Podrías decir con toda razón que fue demasiado el tiempo que
yo
Tardé para hablarte…
Que te traicioné, que obré sin pensar
Que eras vulnerable tal vez por demás
Imbécil de mí, que no percibí que estaba metido adentro de
ti
Te juro por Dios que nunca busqué haber provocado
El mal que te causé
Ahora cambié, ahora ya sé y todo terminó
Conozco lo mal, conozco lo vil
Conozco lo horrible que te hice sentir
Me apena que esté saliendo al revés
Pero sin embargo me quedo
Podrías decir con toda razón que fue demasiado el tiempo que
yo
Tardé para hablarte, que te traicioné.
16.5.17
Mercy
No parecía tan grave la caída.
Pensé que se iba a levantar tranquila, dispuesta a seguir jugando.
Sin embargo, cuando me miró con esos ojos suyos, brillantes..
Entendí.
Estaban colmados de dolor.
No había sido una caída.
Había sido un sismo.
No llegó siquiera a pensar en refugiarse.
No estaba preparada.
Las gritas se extendieron sin control.
"Tras un sismo" - dice una nota - "el daño que más debe preocupar son las grietas inclinadas en los muros y columnas, ya que pueden causar un colapso en las estructuras".
¿Si lo que se resquebrajó es otra cosa?
¿Algo más frágil aún?
Tras los añicos, el tornado.
¿No había sido suficiente?
¿Todo tenías que sacarle?
Alcanza con verla para saber que tiene un vacío.
Perdió algo que no puede recuperar.
Algo que tenía guardado, protegido.
¿Por qué sólo debe existir un mundo?
Eso era un mundo.
Esto es otro mundo.
Piensa en eso y se angustia.
De nuevo: se nota en sus ojos transparentes, en sus gestos.
Cómo baja la mirada, cómo le cuesta hablar.
El nudo en la garganta.. con sólo verla se siente.
Corta la caída. Aparentemente leve.
Pero fue tan duro el golpe. Tan seco.
Tan inesperado.
Ella está acá, conmigo.
Hecha pedazos.
Pensé que se iba a levantar tranquila, dispuesta a seguir jugando.
Sin embargo, cuando me miró con esos ojos suyos, brillantes..
Entendí.
Estaban colmados de dolor.
No había sido una caída.
Había sido un sismo.
No llegó siquiera a pensar en refugiarse.
No estaba preparada.
Las gritas se extendieron sin control.
"Tras un sismo" - dice una nota - "el daño que más debe preocupar son las grietas inclinadas en los muros y columnas, ya que pueden causar un colapso en las estructuras".
¿Si lo que se resquebrajó es otra cosa?
¿Algo más frágil aún?
Tras los añicos, el tornado.
¿No había sido suficiente?
¿Todo tenías que sacarle?
Alcanza con verla para saber que tiene un vacío.
Perdió algo que no puede recuperar.
Algo que tenía guardado, protegido.
¿Por qué sólo debe existir un mundo?
Eso era un mundo.
Esto es otro mundo.
Piensa en eso y se angustia.
De nuevo: se nota en sus ojos transparentes, en sus gestos.
Cómo baja la mirada, cómo le cuesta hablar.
El nudo en la garganta.. con sólo verla se siente.
Corta la caída. Aparentemente leve.
Pero fue tan duro el golpe. Tan seco.
Tan inesperado.
Ella está acá, conmigo.
Hecha pedazos.
14.5.17
Resolución
La única forma real en la que acepto tus disculpas es modificando tu proceder.
Sé un mejor hombre.
Hacé que no me arrepienta de mi decisión.
Nada más alcanza.
De todos modos, aunque te "perdone", como vos decís, siempre siempre siempre me va a quedar esa tristeza por lo que me robaste.
Eso era mío. Sólo mío.
Sé un mejor hombre.
Hacé que no me arrepienta de mi decisión.
Nada más alcanza.
De todos modos, aunque te "perdone", como vos decís, siempre siempre siempre me va a quedar esa tristeza por lo que me robaste.
Eso era mío. Sólo mío.
13.5.17
Otoyomegatari ♥
Cada vez que sale un capítulo de este manga me pongo contenta. Me fascina el dibujo, los detalles, las expresiones. Me engancho con las historias que van rotando y muestran una variedad de personajes. Me gusta el carácter de Amir.
12.5.17
Hurt
Una delgada y fina capa de gris.
Sutil. Casi imperceptible. Pero ahí está.
The pain as a smooth, silk cloak.
Pensé que había construído diferente.
Pena. Sin llantos convulsionados. Alguna que otra lagrimilla tranquila. Pero, sobretodo pena.
Un poco de miel, un poco de miel, no basta.
Sutil. Casi imperceptible. Pero ahí está.
The pain as a smooth, silk cloak.
Pensé que había construído diferente.
Pena. Sin llantos convulsionados. Alguna que otra lagrimilla tranquila. Pero, sobretodo pena.
Un poco de miel, un poco de miel, no basta.
9.5.17
Beauty of the beast ~
I wish I could come back to you
Once again feel the rain
Falling inside me
Cleaning all that I've become
*
All of my songs
can only be composed of
the greatest of pains
Every single verse
can only be born of
the greatest of wishes
*
Beware the beast but enjoy the feast he offers
8.5.17
Free spirit?
Me gustó que cuando me viste chinchuda, supiste enseguida que me necesitaba a mí misma.
Me seguiste la corriente antes de la sensatez pudiera volver a bloquearme (maldita línea).
Me ayudaste a mover la mesa, me trajiste el papel de diario y las pinturas (me abriste la primera, para la segunda y la tercera ya estaba suelta) y me dejaste ser.
Entonces pasé la esponja por la pared.
Tuve miedo.
Siempre tengo miedo cuando empiezo algo. El miedo de que salga mal. De no poder deshacerlo.
Podíamos pintar de blanco de nuevo, sí. Pero lo otro quedaría ahí, debajo. ¿Y si no me gustaba? A lo mejor todo estaba bien como estaba... Los cambios me cuestan.
Pero vos estás ahí, empujándome.
Me dejaste tranquila. Me sentí feliz en esa apacible soledad, con la música de fondo. Pintando.
Me puse contenta: estaba haciendo lo que quería. Pinté la pared, manché un poco, me ayudaste a limpiarlo. Me motivé, me sonreí, me llené de energía y felicidad... y quise hacer mi pared. Me ayudaste de nuevo: pusiste el diario vos, armamos el color juntos. Sacaste fotos mientras me divertía. Me pusiste un toque chinchuda de nuevo ajaja, pero en la superficie.
Adentro ya estaba en armonía.
Esa es una linda palabra.
Armonía.
Me gustó que cuando mi papá vino a casa y puso cara, o cuando le conté la idea original a mi mamá que dijo "No te conviene pintar todas las paredes, mejor si dejás espacios"... vos me viste.
Me viste dudar. Me viste replantearme todo.
Me gusto que me dijeras: "No los escuches, no les prestes atención. Este lugar es tuyo, hacé lo que te guste".
Ah..
Gracias amor.
Me salva eso. Me saca un peso enorme.
Sé que te cuesta a veces dejarme hacer, dejarme ser.
Gracias.
Pd. Mis paredes son hermosas y las amo a todas.
A mi pared, más aún. ❄ ♥ ❆ ♥
Me seguiste la corriente antes de la sensatez pudiera volver a bloquearme (maldita línea).
Me ayudaste a mover la mesa, me trajiste el papel de diario y las pinturas (me abriste la primera, para la segunda y la tercera ya estaba suelta) y me dejaste ser.
Entonces pasé la esponja por la pared.
Tuve miedo.
Siempre tengo miedo cuando empiezo algo. El miedo de que salga mal. De no poder deshacerlo.
Podíamos pintar de blanco de nuevo, sí. Pero lo otro quedaría ahí, debajo. ¿Y si no me gustaba? A lo mejor todo estaba bien como estaba... Los cambios me cuestan.
Pero vos estás ahí, empujándome.
Me dejaste tranquila. Me sentí feliz en esa apacible soledad, con la música de fondo. Pintando.
Me puse contenta: estaba haciendo lo que quería. Pinté la pared, manché un poco, me ayudaste a limpiarlo. Me motivé, me sonreí, me llené de energía y felicidad... y quise hacer mi pared. Me ayudaste de nuevo: pusiste el diario vos, armamos el color juntos. Sacaste fotos mientras me divertía. Me pusiste un toque chinchuda de nuevo ajaja, pero en la superficie.
Adentro ya estaba en armonía.
Esa es una linda palabra.
Armonía.
Me gustó que cuando mi papá vino a casa y puso cara, o cuando le conté la idea original a mi mamá que dijo "No te conviene pintar todas las paredes, mejor si dejás espacios"... vos me viste.
Me viste dudar. Me viste replantearme todo.
Me gusto que me dijeras: "No los escuches, no les prestes atención. Este lugar es tuyo, hacé lo que te guste".
Ah..
Gracias amor.
Me salva eso. Me saca un peso enorme.
Sé que te cuesta a veces dejarme hacer, dejarme ser.
Gracias.
Pd. Mis paredes son hermosas y las amo a todas.
A mi pared, más aún. ❄ ♥ ❆ ♥