Indescriptible.

Lo más calmo del mundo.
Lo más hermoso que existe.
Lo más bonito que se puede vivir.
Lo más armonioso que se puede sentir.
Lo más dulce que hayas probado.
Lo más tranquilo que te haya pasado.
Lo más maravilloso que hayas visto.
Lo más magnífico que hayas podido soñar.
Lo más inolvidable.
Lo más lindo.
Lo más tierno.
Lo más embriagador.
Lo más cálido.
Lo más amable.
Lo más sincero.
Lo más reconfortante...

Una mano en otra.
La calidez emanada en ese gesto tranmitía su amor hacia la muchacha que descansaba, a su vez, abrazada al sentimiento protector que transmitía el pecho de otra persona.

Tres personas.
Juntas. Unidas.

Dormir arropada de tal manera.
Dormir querida de esa forma.

Es lo más sobre muchas cosas.
Es un tesoro en el baúl de las cosas irrelevantes que a veces suele ser la memoria.
Es uno de los recuerdos más envolventes, más abarcadores, más acogedores de los muchos que nadan en el mar de la inconciencia.

Extraer ese pequeño hilo de todo el ovillo
y transmitir todo lo que él produce
es dificultoso...
Siempre van a faltar palabras para describir cosas así de importantes, por eso lo mejor quizás es que sepan que la muchacha querida y arropada sintió una felicidad inconmensurable y tenía muchas ganas de que el tiempo jamás se escurriera entre sus manos, para volver ese instante casi eterno.