23.10.07
Anastacia..............
http://www.buscatube.cl/watch/y/upon/1/JOe4tvZZUsE/Anastasia-Once-upon-a-December-ENGLISH.aspx
Dancing bears,
Painted wings,
Things I almost remember,
And a song someone sings
Once upon a December.
Someone holds me safe and warm.
Horses prance through a silver storm.
Figures dancing gracefully
Across my memory...
Someone holds me safe and warm.
Horses prance through a silver storm.
Figures dancing gracefully
Across my memory...
Far away, long ago,
Glowing dim as an ember,
Things my heart
Used to know,
Things it yearns to remember...
And a song
Someone sings
Once upon a December
http://www.buscatube.cl/watch/y/una-vez-en-diciembre/1/w1AW5r4ieyY/Anastasia-Una-vez-en-Diciembre.aspx
Dulce voz,
ven a mi
haz que el alma recuerde
oigo a aún
cuanto oí
una vez en diciembre.
Quien me abraza con amor
veo prados alrededor
esa gente tan feliz
son sombras para mi.
Quien me abraza con amor
veo prados alrededor
esa gente tan feliz
son sombras para mi.
Cuando fue,
no murió
como fue lo que prende
volvera
esa voz
cuando llegue diciembre.
Oigo aun
cuanto oí,
una vez en diciembre.
No hay mucho para decir,
si lo pongo acá es porque es importante para mí.
Igual la que a mí me gsuta es la que está en inglés nomás,
la que está en español la dejo para que alguno recuerde la peli si es que la vio.
Voy a poner otras más que son importantes pronto.
19.10.07
Escrito para mi tía y para mí.
Perdón a todo aquel que se pasó por mi flog el día de la fecha y por lo tanto, ya leyó esto.
Pero la verdad verdadera (mi verdad verdadera) es que necesito tener esto acá, con el resto de mis cosas, por precaución y para aislarlo del mundo flogístico que a veces puede ser muy impersonal...
En fin.. aquí.. mi escrito del día :
"Bueno, no sé qué decir...
Hoy debería sentirme mal.
Debería estar triste, debería llorar, hoy debería ser un día gris.
Pero no sé por qué, no estoy mal como debería.
No estoy bien tampoco..
Sólo....... estoy.
Hace un año que te fuiste, que te perdí, que la enfermedad incurable, esa leucemia, te llevó lejos de mí. Hace un año que me falta tu presencia, tus miradas, tus pocas palabras, tu mano quizás. Hace un año que cada vez que entro a tu casa y recuerdo que no estás y que no podrás estar jamás me rompo de la pena que siento. Hace un año que ver tu habitación, tu cama donde dormías con el tío, me hace mal. Hace un año que cantar se nos volvió difícil si vos no estabas para escucharnos. Hace un año que mirar a los ojos de mi tío se volvió doloroso. Hace un año desde que hablar con mi tía, tu hermana, es algo que me angustie. Hace un año que veo en ella cosas tuyas y las extraño. Hace un año que no veo tus cosas.. y eso de verdad extraño. Hace un año estabas mal, muy mal, y sé que fue para vos mucho mejor irte, que sufrir más y sé, también , lo egoísta que fue de mi parte querer retenerte a nuestro lado. Hace un año que tu mirada no me mira desde ningún lugar. Hace un año desde que te dejamos marchar, de que lloramos tu ida sin retorno. Hace un año...... hoy, hace un año ya que estamos sin vos.
Pero hoy, no puedo derramar ninguna lágrima, y no es porque no te quiera.
Creo que en el fondo es porque detestaría admitir que de verdad te fuiste, que de verdad ya no estás más, que de verdad es imposible traerte de vuelta, que de verdad no vas a cruzar esa puerta para vernos......aunque todo esto mi razón lo sepa ya.
No es que no te quiera, no es que me haya olvidado de vos, te tengo presente muchas veces, quizás sea que no quiero llorarte hoy porque no es que hoy me acuerdo de vos por el año de tu ausencia; tu ausencia la llevo conmigo, y es algo que esta siempre en mi mente.
Quizás no lloro porque ya lloré demasiado.
O quizás porque no tengo razón para llorar.
Te extraño, me faltás; pero no podés volver, no podés. Y donde sea que estés, si es que podemos decir que estás, sé que estás mejor, sé que estas feliz, supongo que esperando a mi tío para que te siga acompañando, entonces..por qué he de lamentarme?
Tía te quiero y hoy más que nunca, aunque siento que te fallo al no poder soltar ni una lagrimilla para tí."
Es satisfactorio para mí poder escribir, poder liberarme, poder plasmar en palabras parte de lo que siento, de lo que me pasa...
Aunque ninguna de esas palabras termine de expresarlo todo.
No viene al punto, o quizás sí venga... quiero ser escritora.
Soy una escritora, pero quiero serlo con todas las letras.
Quiero mejorar.
Quiero hacer lo que más me gusta por mucho tiempo, por siempre si fuese posible, incluso aunque no llegara a los ojos de todos.
Denise.
Pero la verdad verdadera (mi verdad verdadera) es que necesito tener esto acá, con el resto de mis cosas, por precaución y para aislarlo del mundo flogístico que a veces puede ser muy impersonal...
En fin.. aquí.. mi escrito del día :
"Bueno, no sé qué decir...
Hoy debería sentirme mal.
Debería estar triste, debería llorar, hoy debería ser un día gris.
Pero no sé por qué, no estoy mal como debería.
No estoy bien tampoco..
Sólo....... estoy.
Hace un año que te fuiste, que te perdí, que la enfermedad incurable, esa leucemia, te llevó lejos de mí. Hace un año que me falta tu presencia, tus miradas, tus pocas palabras, tu mano quizás. Hace un año que cada vez que entro a tu casa y recuerdo que no estás y que no podrás estar jamás me rompo de la pena que siento. Hace un año que ver tu habitación, tu cama donde dormías con el tío, me hace mal. Hace un año que cantar se nos volvió difícil si vos no estabas para escucharnos. Hace un año que mirar a los ojos de mi tío se volvió doloroso. Hace un año desde que hablar con mi tía, tu hermana, es algo que me angustie. Hace un año que veo en ella cosas tuyas y las extraño. Hace un año que no veo tus cosas.. y eso de verdad extraño. Hace un año estabas mal, muy mal, y sé que fue para vos mucho mejor irte, que sufrir más y sé, también , lo egoísta que fue de mi parte querer retenerte a nuestro lado. Hace un año que tu mirada no me mira desde ningún lugar. Hace un año desde que te dejamos marchar, de que lloramos tu ida sin retorno. Hace un año...... hoy, hace un año ya que estamos sin vos.
Pero hoy, no puedo derramar ninguna lágrima, y no es porque no te quiera.
Creo que en el fondo es porque detestaría admitir que de verdad te fuiste, que de verdad ya no estás más, que de verdad es imposible traerte de vuelta, que de verdad no vas a cruzar esa puerta para vernos......aunque todo esto mi razón lo sepa ya.
No es que no te quiera, no es que me haya olvidado de vos, te tengo presente muchas veces, quizás sea que no quiero llorarte hoy porque no es que hoy me acuerdo de vos por el año de tu ausencia; tu ausencia la llevo conmigo, y es algo que esta siempre en mi mente.
Quizás no lloro porque ya lloré demasiado.
O quizás porque no tengo razón para llorar.
Te extraño, me faltás; pero no podés volver, no podés. Y donde sea que estés, si es que podemos decir que estás, sé que estás mejor, sé que estas feliz, supongo que esperando a mi tío para que te siga acompañando, entonces..por qué he de lamentarme?
Tía te quiero y hoy más que nunca, aunque siento que te fallo al no poder soltar ni una lagrimilla para tí."
Es satisfactorio para mí poder escribir, poder liberarme, poder plasmar en palabras parte de lo que siento, de lo que me pasa...
Aunque ninguna de esas palabras termine de expresarlo todo.
No viene al punto, o quizás sí venga... quiero ser escritora.
Soy una escritora, pero quiero serlo con todas las letras.
Quiero mejorar.
Quiero hacer lo que más me gusta por mucho tiempo, por siempre si fuese posible, incluso aunque no llegara a los ojos de todos.
Denise.
16.10.07
Sueño en el que barría azúcar mientras te robabas mi alma.
Era uno de esos edificios enormes. De grandes ventanas, de muchas habitaciones amplias, de fuertes muros de piedra caliza, de vastos terrenos a su alrededor repletos de árboles de distintos tonos de verde y marrón.
Allí, aquel día el sol brillaba; pero cuando ella asomó su cabeza por la ventana para observar la belleza natural de todas las mañanas, cosa que era su primera acción al despertar, pudo vislumbrar que nevaba.
Y pudo ver también una figura oscura entre la blancura de la inmaculada y fría nieve que caía desperdigada. La figura pertenecía a un muchacho alto, cuyo rostro no pudo identificar.
........................
Su amiga llegó al rato. Delgada, de castaños cabellos enmarañados, vestimenta color tierra, jovial y tranquila, empezó a darle charla a la muchacha mientras ésta hacía las tareas del hogar con dedicación. La acompañaba a todos lados con su rostro sonriente.
........................
Sonaba el teléfono. La casa era muy grande, y costaba ubicar la procedencia del sonido. Su amiga le apuntó la habitación en la cual se encontraba el ruidoso artefacto. La muchacha puso su mano sobre él y levantó el tubo, llevando el auricular a su oreja, pero ningún sonido se escuchaba del otro lado del nacarado teléfono. La muchacha colgó y su amiga le dijo: "Dale, ya viene Mariel."
..........................
Mientras bajaba las escaleras (ya sola) al jardín para recibir a Mariel, la muchacha cruzó la mirada a través del ventanal de un pasillo. Y vio entonces al muchacho de la mañana, su alma. Cruzó más que veloz el tramo del portón de entrada hacia él, que la esperaba en el jardín. Y cuando llegó el muchacho se mostró feliz y por su rostro se cruzó una de sus radiantes sonrisas. Ella le saludó con alegría y sus ojos brillaban de la felicidad contenida. Entonces él le miro con gesto preocupado y preguntó con voz alarmante, como quien realmente necesita algo con todo su ser: "¿Dónde está Mariel?"
.....................................
No es necesario decir que la alegría de la chica se desvaneció por completo, pero simuló una sonrisa y guió al ojos claros hacia adentro, con una de sus manos sobre su hombro, y aunque él no le pertenecía, ella igual estaba en la Dicha.
......................................
Recorrieron juntos casi todas las instalaciones. Él con su mano en ella y ella con sus pensamientos sobre él.
Lo dejó en un habitación, de piso de madera y paredes cubiertas de papel amarillento, con dos ventanas amplias al jardín -casi todas las habitaciones daban al jardín- y cortinas pesadas de color claro, casi transparente que permitían el paso de la luz del sol al interior.
Él se sentó en una especie de sofá cama mientras ella dejaba sobre el escritorio de madera de la derecha algo que no puedo recordar, algo que brillaba, y era de un tamaño pequeño.
Luego de dejar desconocido objeto, se marchó con una señal de despedida de su mano y haciéndole saber que pronto traería a Mariel para él.
...............................................
Al cerrar la puerta suspiró como quien deja escapar la pena, mientras su amiga se acercaba y le avisaba que Mariel estaba llegando y que ellas debían barrer todo el lugar.
Empezó, pues, a buscar una escoba y una pala. Juntas entraron a una habitación del segundo piso, de puerta negra. Al abrirla se encontraron con una especie de tienda de ropa interior, tres mujeres las atendieron.La muchacha pidió una escoba y una pala. La mujer que parecía la dueña -la mayor- le dio una escoba de color plata y le señaló el piso donde se encontraba la pala.
Su amiga estaba por ahí mirando ropa.
Todo el lugar era demasiado blanco: el piso de loza blanca y la pared empapelada del mismo color límpido.
La dueña le indicó a la muchacha que limpiara el lugar.
Ella empezó a barrer. El polvo de color marrón era notorio sobre el blanco suelo.
La dueña le ordenó entonces que limpiara dentro de los vestidores si quería llevarse la pala y la escoba. La muchacha la miró raro, casi ofuscada, y empezó a pensar por qué esa mujer le daba órdenes si ella era la dueña de esa enorme casa. Al cabo de unos instantes la muchacha se estaba peleando con la dueña ante el estupor de sus dos vendedoras:
"¡Esta es mi casa y yo agarro la escoba y la pala si así lo quiero!"
"¡No, no lo harás!"
"¿Está insinuando que tengo que inclinarme ante usted y limpiar su lugar para poder llevarme esta escoba y esta pala?"
"Así es."
"¡¡Pero guárdese la escoba y la pala donde le plazca!!"
La muchacha se retiró indignada hacia un cuartito del primer piso, debajo de las escaleras de madera donde encontró su desvencijada escoba y una pala a punto de ser jubilada.
.....................................
Otra vez sin su amiga la muchacha barría.
Barría azúcar. Azúcar que estaba desparramada por el suelo... azúcar blanca, azúcar dulce, azúcar desperdigada cual arena por el piso de madera... o acumulada como pequeñas piedras a orillas de un río.
¿Pero dónde era que estaba barriendo la muchacha?
Levantó la mirada y vio entonces a Mariel y al chico, abrazados fuertemente y hablándose con pasión, como si hubieran pasado siglos sin verse mutuamente.
A la muchacha se le hizo un nudo en la garganta al ver dónde se encontraba, (en la habitación en la cual había dejado esperando a su alma) y pidió disculpas por interrumpir, aunque en realidad no le interesara en lo absoluto haberlo hecho, sólo quería irse de ese lugar rápidamente, salir al exterior, dejar de ahogarse en sus penas y correr al árbol de blancas flores de su jardín para llorar largo y tendido.
Pero Mariel le dijo: "No hay problema De, limpia tranquila."
Y siguió con él, besándolo ahora, frente a ella.
Y la muchacha llamada De siguió barriendo el dulce azúcar cabizbaja mientras pensaba en su amarga agonía.
Allí, aquel día el sol brillaba; pero cuando ella asomó su cabeza por la ventana para observar la belleza natural de todas las mañanas, cosa que era su primera acción al despertar, pudo vislumbrar que nevaba.
Y pudo ver también una figura oscura entre la blancura de la inmaculada y fría nieve que caía desperdigada. La figura pertenecía a un muchacho alto, cuyo rostro no pudo identificar.
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Su amiga llegó al rato. Delgada, de castaños cabellos enmarañados, vestimenta color tierra, jovial y tranquila, empezó a darle charla a la muchacha mientras ésta hacía las tareas del hogar con dedicación. La acompañaba a todos lados con su rostro sonriente.
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Sonaba el teléfono. La casa era muy grande, y costaba ubicar la procedencia del sonido. Su amiga le apuntó la habitación en la cual se encontraba el ruidoso artefacto. La muchacha puso su mano sobre él y levantó el tubo, llevando el auricular a su oreja, pero ningún sonido se escuchaba del otro lado del nacarado teléfono. La muchacha colgó y su amiga le dijo: "Dale, ya viene Mariel."
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Mientras bajaba las escaleras (ya sola) al jardín para recibir a Mariel, la muchacha cruzó la mirada a través del ventanal de un pasillo. Y vio entonces al muchacho de la mañana, su alma. Cruzó más que veloz el tramo del portón de entrada hacia él, que la esperaba en el jardín. Y cuando llegó el muchacho se mostró feliz y por su rostro se cruzó una de sus radiantes sonrisas. Ella le saludó con alegría y sus ojos brillaban de la felicidad contenida. Entonces él le miro con gesto preocupado y preguntó con voz alarmante, como quien realmente necesita algo con todo su ser: "¿Dónde está Mariel?"
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No es necesario decir que la alegría de la chica se desvaneció por completo, pero simuló una sonrisa y guió al ojos claros hacia adentro, con una de sus manos sobre su hombro, y aunque él no le pertenecía, ella igual estaba en la Dicha.
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Recorrieron juntos casi todas las instalaciones. Él con su mano en ella y ella con sus pensamientos sobre él.
Lo dejó en un habitación, de piso de madera y paredes cubiertas de papel amarillento, con dos ventanas amplias al jardín -casi todas las habitaciones daban al jardín- y cortinas pesadas de color claro, casi transparente que permitían el paso de la luz del sol al interior.
Él se sentó en una especie de sofá cama mientras ella dejaba sobre el escritorio de madera de la derecha algo que no puedo recordar, algo que brillaba, y era de un tamaño pequeño.
Luego de dejar desconocido objeto, se marchó con una señal de despedida de su mano y haciéndole saber que pronto traería a Mariel para él.
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Al cerrar la puerta suspiró como quien deja escapar la pena, mientras su amiga se acercaba y le avisaba que Mariel estaba llegando y que ellas debían barrer todo el lugar.
Empezó, pues, a buscar una escoba y una pala. Juntas entraron a una habitación del segundo piso, de puerta negra. Al abrirla se encontraron con una especie de tienda de ropa interior, tres mujeres las atendieron.La muchacha pidió una escoba y una pala. La mujer que parecía la dueña -la mayor- le dio una escoba de color plata y le señaló el piso donde se encontraba la pala.
Su amiga estaba por ahí mirando ropa.
Todo el lugar era demasiado blanco: el piso de loza blanca y la pared empapelada del mismo color límpido.
La dueña le indicó a la muchacha que limpiara el lugar.
Ella empezó a barrer. El polvo de color marrón era notorio sobre el blanco suelo.
La dueña le ordenó entonces que limpiara dentro de los vestidores si quería llevarse la pala y la escoba. La muchacha la miró raro, casi ofuscada, y empezó a pensar por qué esa mujer le daba órdenes si ella era la dueña de esa enorme casa. Al cabo de unos instantes la muchacha se estaba peleando con la dueña ante el estupor de sus dos vendedoras:
"¡Esta es mi casa y yo agarro la escoba y la pala si así lo quiero!"
"¡No, no lo harás!"
"¿Está insinuando que tengo que inclinarme ante usted y limpiar su lugar para poder llevarme esta escoba y esta pala?"
"Así es."
"¡¡Pero guárdese la escoba y la pala donde le plazca!!"
La muchacha se retiró indignada hacia un cuartito del primer piso, debajo de las escaleras de madera donde encontró su desvencijada escoba y una pala a punto de ser jubilada.
.....................................
Otra vez sin su amiga la muchacha barría.
Barría azúcar. Azúcar que estaba desparramada por el suelo... azúcar blanca, azúcar dulce, azúcar desperdigada cual arena por el piso de madera... o acumulada como pequeñas piedras a orillas de un río.
¿Pero dónde era que estaba barriendo la muchacha?
Levantó la mirada y vio entonces a Mariel y al chico, abrazados fuertemente y hablándose con pasión, como si hubieran pasado siglos sin verse mutuamente.
A la muchacha se le hizo un nudo en la garganta al ver dónde se encontraba, (en la habitación en la cual había dejado esperando a su alma) y pidió disculpas por interrumpir, aunque en realidad no le interesara en lo absoluto haberlo hecho, sólo quería irse de ese lugar rápidamente, salir al exterior, dejar de ahogarse en sus penas y correr al árbol de blancas flores de su jardín para llorar largo y tendido.
Pero Mariel le dijo: "No hay problema De, limpia tranquila."
Y siguió con él, besándolo ahora, frente a ella.
Y la muchacha llamada De siguió barriendo el dulce azúcar cabizbaja mientras pensaba en su amarga agonía.
5.10.07
¿Por qué?
¿Por qué?
¿Por qué apareces en mi vida cuando pretendo olvidarte ?
¿Por qué cada vez que estoy apunto de dar un paso hacia adelante, tu mirada hace que vuelva tres para atrás ?
Jugar este juego azaroso es un pecado que nunca debí cometer.
¿Por qué me tentaste, delicado diablo ?
Con tu imagen tortuosamente hermosa me pierdes...cada vez que quiero pensar en algo, las ideas quedan inconexas, y es que soy débil a tu belleza.
¿Por qué me viste y me elegiste en aquel tiempo?
¿Por qué me abandonaste y me dejaste así?
¿Por qué me heriste en ese momento ?
¿Por qué provocas que la herida nunca cierre ?
¿Por qué aunque no quiera te percibo en todo lados, te encuentro en donde miro, te hallo en donde leo, te pienso aunque no te veo ?
¿Por qué no te vas para siempre ?
¿o si apareces.. por qué no te quedas para siempre?
¿Por qué hoy, en el medio de la lluvia, caíste, dulce demonio negro, para recordarme que no soy algo deseable ?
¿Por qué ese afan tan desenfrenado de aparecerte siempre para hacerme notar mi soledad ?
¿Por qué cuando me miras, cuando me hablas, cuando me escribes, siento que sin vos no tengo razón por la cual vivir?
¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué...?
¿Por qué tengo que cruzarte cada vez que te quiero olvidar?
No quiero recordar..............
Sola.. siempre sola.