Te tengo ganas. Muchas.
Me excita, me tienta, me pierde, me fascina, quiero acabar en vos.
Te dije que me iba a portar bien. Que quería ir tranquilo. Quiero ir tranquilo. Pero me gustás. Cómo me gustas. No puedo estar al lado tuyo y no querer tocarte; no puedo tener tu rostro cerca y no besarte. Estás tan cerca de mí. Años hace que guardo este deseo, y ahora que puedo liberarlo, se escapa de mi control. Fluye a un ritmo increíblemente desenfrenado, sin importar cuánto trate de dominarlo. Calmate. Calmate. No lo arruines. Sí, no lo arruines, pero te beso demostrándote la necesidad que tengo de vos, y mis manos recorren tu piel como si nunca hubiesen sentido algo tan suave. Dios. Cómo te deseo.
Imposible resistir las ganas que son tan tangibles, tampoco podemos omitir eso, sería una necedad.
Qué bueno es saber que existe esta química entre nosotros.
Mañana te destrozo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario