Se me murió mi mago.
Se fue, se fue lejos, para no volver.
Hizo berrinche, quiso quedarse, pero el Tiempo dijo basta y ella se lo llevó a lo desconocido.
Todavía me acuerdo cuando nos enseñabas el truco.
Todavía me acuerdo lo mucho que me costó aprenderlo.
Todavía me acuerdo de tu risa al ver mi esfuerzo, de mi sonrisa radiante cuando lo logré.
Todavía me acuerdo la emoción que tenía cuando le mostraba a quien era entonces mi persona más importante lo que me habías enseñado.
Todavía, incluso tengo los corchos, esos manchados de vino tinto.
Pero ahora ya no te tengo a vos.
Me queda tu recuerdo.
Te amo mago. Te amo.
Verte era maravilloso para mí. Conocerte fue fantástico.
Estés donde estés, estoy segura de que vas a estar bien. Seguro vas a estar contando tus historias. En unas horas voy a estar por tus tierras despidiendote junto con todos los que también te amaban. Sencillamente porque eras el mago más noble que jamás vimos.
¿Por qué nada es eterno?
Ay por dios hombre, como te voy a extrañar.
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