27.8.17

Neige

Sin importar lo que haga, no logro conmoverla.
Simplemente ningún tipo de esfuerzo alcanza.
No es suficiente.

Nada me lleva al otro lado de ese rostro tieso, de esas palabras secas, de sus actitudes autocomplacientes.
Ansío su afecto. Sentir algo.
Algo.
Aunque sea un poco de su ternura, de su cariño, de su calor.

Pero no.
Un frío impasible la protege. Ese muro abúlico me muestra la distancia, me dice que no hay más camino. No se puede avanzar.

Pese a todo, no soy capaz de hacer otro camino.
En mi desesperación por alcanzarla, por llegar al otro lado de esa capa gélida, hago movimientos torpes, que sólo me alejan más y más.
Que me lastiman más y más.

¿Por qué nada me acerca hasta la orilla de su ser?
Ni siquiera digo sentir la arena de la costa. Sólo estar cada vez más cerca.
Conocerla más. Que me conozca más. Quiero poder entrar en su espacio, en su vida.

Pero no.
Me ahogo en las aguas de su indiferencia.
Me congelo en las nieves de su rechazo.

"Quiero que sepa que me muero por ella".

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