A veces me canso. Me pudro. Me fastidio.
Revolearía cosas por doquier.
Daría portazos a mansalva. Ojalá existiera una especie de muro terapéutico repleto de puertas para que uno estrole a gusto y piacere.
Tendía que ser un lugar que tenga también una habitación con aislado acústico para poder gritar a todo pulmón, hasta que la garganta quede hecha harapos, jirones de glotis, cuerdas vocales, faringe, lo que sea que hay ahí dentro y que uno da por llamar "aparato fonador".
Me fui de tema. Para variar.
Me fui.
Qué tarea enojarse y desenojarse eh.
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