24.2.16

Prurito


Miro.
Siento un leve roce.
Hacia todos lados.
Creo que es un hilo. 
Poso la mirada en el cielo, en los árboles, en el viento,-me estiro, quiero agarrarlo- en el verde de las hojas, en la luz enceguecedora del sol, en los semáforos que laten, -no llego y me molesta tanto- en los saltos de los pajaritos en la vereda, en el atropello de la masa que se entiende por gente, en los ojos cansados, -quizás sea sólo paranoica(mente), pero empiezo a sentir el roce en el resto de mi cuerpo- en las mochilas cargadas, en el brillo de la luna que persigo desde el colectivo, en la mano que desliza sus dedos sobre el cabello, -la sensación es cada vez más intensa- en el timbre de una bicicleta, en las arrugas de una camisa, en la felicidad de una sonrisa, -tira fuerte de mí- en el movimiento de alas de un insecto, en la expresión de concentración de aquel rostro, en el salto de esa nena, -trato de asir de alguna forma el hilo que me envuelve- en el gesto amable de aquella mano, en el policía parado en la esquina, en la puerta de la casa de enfrente,-pero no veo, no veo.. no puedo (remo)verlo- en los adoquines de la calle, todos juntos, pero todos solos, en el desierto que se hace pasar por la cuadra de mi casa....y de nuevo en el cielo.
¿Dónde está?
Buscando.
¿Dónde?
Buscando algo.
Este hilo..
Algo que me mueva el piso.
Quiero salir de esta maraña. 

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