30.6.12

Ese momento en el que te das cuenta...

You're light.
Sos felicidad.

Voy a tu casa a verte. La pasamos bien, compartimos un montón de cosas. Estamos enganchados, pero en una especie de relación abierta. Yo sé que jamás me voy a ir de tu lado. Porque me gustás, porque te quiero, porque sos bueno. Porque me gusta como sos más allá de la relación que podamos tener. Estoy segura de que no me voy a ir. Te lo digo, te lo dejo en claro desde el principio: La verdad ante todo.
Adherís a mi pensamiento, y me decís que te gusta alguien más.
Te miro fijamente, y te comunico que ya lo sabía. 
Me acuerdo de ese domingo que era martes y sé que ya lo sabía. Porque estábamos juntos, pero separados. Porque la atención la acaparó toda ella.
Me contás que ella te busca a veces. Pero que vos le das prioridad a nuestra relación.
Entonces te miro, estupefacta, y te pregunto por qué no estás con ella, si te gusta y ella te busca.
El rol gira y el estupefacto sos vos.
¿Tan difícil es entender que sólo quiero lo mejor para vos?¿Lo que te haga feliz? ¿Lo que te haga bien?
Es lo único que quiero.
Sí, claro que preferiría que fuese conmigo. Y ya sé que no transcurrió tanto tiempo como para que sienta de la manera que siento este anclaje firme hacia tu persona, esta sensación de que me importás mucho más vos, que cómo me pueda llegar a sentir yo. Pero siento así. Te lo hago llegar. 
Me besas.
Me decís que priorizás lo nuestro porque es distinto, porque compartimos más y mejor, porque a la larga puede salir algo muy lindo, porque querés seguir compartiendo conmigo.
Me decís que me contaste que te gustaba ella porque la considerás nociva y querés que yo te avise cuando ella esté siendo nociva. 
Otra vez te desentiendo.
¿Nociva para quién? Si ella es buena, y es linda. Sabe mucho, es aplicada, hace lo mismo que vos, comparten un ámbito en común del cual yo no soy parte. Y supuestamente te gusta y le gustás.
¿Nociva para quien? Nociva para mí, en cualquier caso, para el lugar que quiero ocupar en tu vida, para mis tés de vainilla, para mi espacio en tu cocina, para mi calor en tu cama, para mis noches de series, para mis momentos de charlas, para mis ganas de llenarte de mimos y de besos y de darte todo todo todo. Para eso, sí, para eso es nociva. Pero si vos sentís algo por ella y ella tiene algo con vos, para vos definitivamente no es nociva.
Nuevamente te sorprendés.
Me comentás que ella es una inmadura. Que lo hace porque sabe que a vos te gusta y que vos estás conmigo. Y que por eso te parece nociva, porque te busca haciendo competencia. Es infantil. Pero que la querés cerca nuestro porque hay que cuidarla, ayudarla. Me acuerdo de rulitos.
Te aviso de buenas a primeras que yo no voy a competir.
Me decís que yo no tengo competencia.
No voy a competir porque es ridículo. Lo que yo hago por vos o con vos, lo hago porque quiero. Porque de verdad lo siento. No estoy tratando de ganar nada, estoy tratando de dártelo todo. Y ahí me siento tranquila, porque es la realidad, por lo menos mi realidad. Ahí sé que lo que yo hago está bien. Que te doy todo.
Lo que tenga que pasar pasará. 
Yo no quiero que la beses, no te voy a decir "Andá y besala"
Pero si mañana te dan ganas de darle un beso, yo no soy quien para restringirte.
Otra vez: Tu felicidad ante todo. Mi mundo por tu sonrisa.
Además, si vos caés en ese juego infantil, (esto suena a revancha, pero juro que no lo es, es algo evidente, una "realidad"), en fin, si caés en ese juego, significa -por mucho dolor que me cause, por más que me pese- que no te merecés estar conmigo. Porque sos un inmaduro y porque no valorás el amor que te estoy dando. Un amor sin mal ni medidas.

Tengo mucha fe en vos.

No hay comentarios: